Muy buenos días a todos, chicos, chicas, gaticos y gatacas (como la peli).
Hoy vengo a hablaros de un problema que atañe a ésta, nuestra sociedad, desde tiempos primigenios. En realidad NO, dudo bastante que aquellos, nuestros antepasados, tan sabiotes ellos, con toda su filosofía, su historia y sus cosicas para cazar, decidieran por motu propio (jugamos la carta de las palabracas rarunas para ganarnos a los lectores más leídos) MADRUGAR. Y es que, amiguicos, MADRUGAR es el cáncer de nuestra sociedad; causa y consecuencia de todas las guerras, males, pesares y pandemias mundiales. MADRUGAR no sirve para nada.
Muchos dirán aquello de (bueno, espero que muchos muchos no, por que hay que ser un poco complejo para querer madrugar por que sí, por que a uno le nace): "¡Aprovechas el día!" o cosas como "¿¡Que haces a las 16:00 en la cama aún!?". Malditos insensatos, no saben de lo que hablan. Cada hora que madrugan, cada hora que desduermen de más, una maldita neurona les abandona, dice chao chao, y se pega un sobervio tiro con una pistola para neuronas (una pistola hecha para las manitas de las neuronas, se entiende). El estruendo que arma en la cabeza de aquella persona el suicido de la susodicha es lo que le provoca que por su orificio bucal salgan TONELADAS de sandeces de magno calibre. OJITO: no hagáis caso a nada de lo que os digan, que no os convenzan con aquello de salir a correr, estudiar, TRABAJAR. Todo MENTIRAS. ¿Como diablos voy a ejercer cualquiera de esas actividades, mi muy señor mío, si no puedo dormir mis 8, 9 o incluso 10 horas de rigor? ¿quiere que me grape la cara en la oficina por error? ¿que me despeñe por un despeñaperros corriendo? LE ENVÍA A USTED EL MISMÍSIMO DEMONIO.
Y ojo, no os dejéis engatusar por aquellos muchos (estos listillos si que vienen en grandes cantidades) que os canten la cancioncilla de "A quien madruga Dios le ayuda". Escuchadme (me escucháis con los ojos a partir de ahora) atentamente, os voy a dar el mejor consejo que en vuestra santa vida os haya podido dar vuestro padre, madre, pez o amigo invisible: Al que madruga no le ayuda NI CRISTO. En todo caso le ayuda a MORIRSE.
La curiosidad del día: Hitler sufría de insomnio crónico. ¿No os lo creéis? pegad un Googleo rápido con "Hitler" + "Insomnia" y veréis malandrines. |
Por cierto, si queréis jugársela en su propio terreno, devolverle la pelota y arriesgaros a que el tipo se saque otra cancioncilla TERRIBLE podéis decirle aquello de: "No por mucho madrugar AMANECE más temprano". Y es que puñetas, la vida está para vivirla BIEN AGUSTO, digo yo. Y si se puede dormir se debe dormir, descansar y no alterarse, que luego vamos al metro y no dejamos pasar a las pobes viejecitas, o le soltamos un porrazo al cani (estos si que duermen poco poco, que van todo el día A TOPE) de turno y ya la hemos liado. Nada nada; durmiendo la gente se entiende.
TOTAL, que si este texto mío no os ha servido para nada, digo yo que al menos tedio os habrá provocado. Osea que he contribuido un poquitín a aumentar vuestras horas sueñiles. Nada nada, no me lo agradezcáis, a dormir que mañana será otro día. Y guardad bajo llave las ganas de madrugar que las carga EL DIABLO.
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